Características
Tiradas de salvación
Ataques
Nombre | Bonif | Daño |
---|---|---|
Púa (Estoque) | +6 | 1d8 +4 perforante |
Daga | +6 | 1d4 +4 perforante |
Habilidades
Otras competencias
Dispones de las siguientes competencias adicionales:
- Armadura ligera, Armas sencillas y Instrumentos musicales
- Ballesta de mano, Espada corta, Espada larga, Estoque y Kit de disfraz
Trasfondo
Cada personaje tiene una historia. Aquí se cuenta la de Edirian.
Detalles
Alineamiento. Caótico bueno
Apariencia. Edirian es un joven de tez bronceada por el sol, poca estatura y apariencia delicada. Hay algo en su mirada, entre ausente y perspicaz, que atrae la atención de todo el que le observa. Y es que sus ojos cambian de color según la luz, de verde a miel, pero siempre reposan inquisitivos sobre la cosa más inesperada. Podría encontrarse ante el más hermoso de los templos de Sune y fijarse en un sencillo escarabajo que se arrastrase por los adoquines, o vadear la más asquerosa de las alcantarillas mientras admira la forma de su techo. Disperso es una forma suave de describirle, y eso se traduce en el resto de su apariencia. Aunque no suele ir sucio, rara vez se peina o prepara demasiado. Su cabello rojizo tendrá un corte diferente según la época del año en que le cojas; quizás este casi rapado si ha pasado por una ciudad, o largo y suelto si lleva mucho tiempo por los caminos. De la misma forma, sus ropas suelen ser sencillas y un poco envejecidas: camisas sueltas de colores variables, pantalones de cuero ajados por sus viajes, y botas con algún que otro roto mal zurcido. Simple pero sencillo. Tiene un par de sombreros de plumas brillantes y colores vivos, y capas tonos pardos y longitudes variables, que luce o no según el clima acompañe. En definitiva, no es alguien llamativo… excepto cuando interpreta con alguno de sus instrumentos. Ya sea su viejo laúd, su querida flauta de madera de arce, o su violín recién comprado, cuando Edirian toca, todo cambia. Es entonces cuando sus ojos brillan, sus manos danzan y el mundo posa extasiado su mirada sobre él.
Edad. 33
Historia. La infancia a veces está llena de eventos que forjan el carácter, que cambian la vida de uno para siempre.
En el caso de Edirian, solo hubo un evento así, uno y nada más.
Sus primeros años no podrían calificarse de otra forma que no fuesen felices. Vivía junto a sus padres, ambos mercaderes, y sus cuatro hermanos en una pequeña y prospera aldea llamada Linde, en las cercanías y bajo el amparo de la ciudad de Aguasfuertes. El poblado se encontraba al mismo borde del Bosque Alto, y sus habitantes se ganaban el sustento con la tala y la agricultura.
Era una vida sencilla. Edirian pasaba su tiempo jugando, riendo y disfrutando de los pequeños placeres de la vida: comer manzanas de caramelo en el festival de la cosecha de Khauntea, saltar piedras en el río, o contemplar el atardecer. Su futuro era la simple armonía y felicidad del mundo rural.
Hasta que llegó el día. Un día normal, de lluvia intermitente y vientos suaves del sur. Un día que, por alguna razón que nadie ya recuerda, llevó a Edirian y su hermana Anira a interior del Bosque Alto. ¿Fue una apuesta con sus hermanos? ¿Una aventura por un tesoro imaginario? ¿Quizás el susurro de algún dios desconocido? Quien sabe. La única certeza es que los dos niños caminaban cogidos de la mano por el interior del denso bosque, perdidos bajo la lluvia, cuando vislumbraron algo único: una cálida luz en un claro mecida por el ronroneo de una suave melodía. Dubitativos, los dos pequeños avanzaron hacia esa luz… Y durante varios meses, nadie más supo de ellos.
Hubo batidas de todos los habitantes del pueblo, hasta que al cabo de unas dekhanas todo el mundo perdió la esperanza. Sus padres celebraron un entierro en honor a Sylvanas, Khauntea y Lathander. La familia lloro su pérdida, y al cabo de un tiempo, siguieron adelante.
Y entonces el chico volvió, ileso, y solo.
Nadie entendía muy bien lo que había pasado, y la explicación del muchacho era aún más confusa.
“Estábamos en el mundo de las hadas, y oímos una canción”, contaba. “La Primera Melodía. Era más hermosa que nada que haya oído jamás. Era la música de los dioses… Tengo que volver a oírla, aunque sea lo último que haga” insistía.
Nada más recordaba. Tampoco sabía que había pasado con Anira. Todo el mundo pensó que se había vuelto loco, y lo parecía: desde aquel día, Edirian podía permanecer durante horas escuchando el río, o observar una mariposa como si fuera algo aterrador.
Con los años, tanto su familia como el resto del pueblo llegaron a aceptar sus peculiaridades. Se dieron cuenta de que tenía un don para la magia, que sabía cosas que no debería y que tocaba casi cualquier instrumento como los elfos de las leyendas. Era un chico raro y distante, pero eso era todo.
Así fue su vida hasta el día en que se fue. El día en que se dio cuenta de que el Bosque Alto no volvería a mostrarle la Primera Melodía, y que si quería escucharla de nuevo, tendría que ser él quien la buscara. Se despidió de su familia, y armado con un estoque, sus instrumentos y un petate, se echó al camino.
Durante años viajó en pos de bibliotecas, de leyendas y castillos. Aprendió todo cuanto pudo y más de lo que había visto cuando era un niño. Estaba convencido de que lo que había visitado era uno de los planos exteriores, pero apenas recordaba nada que no fuera la propia música, como para saber de cual de los lejanos mundos se trataba. ¿Cómo volver allí? Aún no lo sabía, pero ese era su propósito último, y haría lo que fuera necesario por alcanzarlo, de una forma u otra.
Idiomas. Común, élfico, silvano.
Puntos de experiencia. 0
Trasfondo: Músico
Te creces frente a una audiencia. Sabes cómo deleitarlos, entretenerlos e incluso cómo inspirarlos. Tu poesía puede agitar los corazones de los que te escuchan, despertar el dolor o la alegría, la risa o la ira. Tu música eleva sus espíritus o captura su dolor. Tus pasos de danza cautivan, tu humor es hiriente. Sea cual sea la técnica que utilizas, tu arte es tu vida.
Especialidad artística. Músico y compositor, cuentacuentos y cantante...
Rasgo: A petición popular
Siempre puedes encontrar un lugar para actuar, por lo general en una posada o taberna, pero posiblemente en un circo, un teatro o incluso en la corte de un noble. En ese lugar, recibirás alojamiento y comida modesta o confortable (dependiendo de la calidad del establecimiento) gratuitos, siempre y cuando actúes cada noche. Además, tu actuación te convierte en algo así como una figura local. Cuando unos desconocidos te reconozcan en una ciudad en la que hayas actuado, por lo general mostrarán simpatía hacia tu persona.
Características
Rasgos de personalidad. Pierde la atención por cualquier cosa, cayendo su mirada sobre el detalle mas inesperado.
Ideales. Búsqueda. Encontrar la Primera Melodía es su única y verdadera preocupación (Caótico)
Vínculos. Mi compañera, con la cual estoy unido por el destino.
Defectos. Fuera de su búsqueda y la música, puede resultar desapasionado y frío.
Competencias
Competencia con habilidades del trasfondo. Acrobacias y Interpretación
Competencia con equipo del trasfondo. Kit de disfraz
Rasgos
Semielfo
Tu personaje semielfo tiene algunas cracterísticas en común con los elfos y otras que son únicas para los semielfos. Los semielfos comparten la inclinación caótica de su herencia élfica. Valoran tanto la libertad personal como la expresión de la creatividad y no demuestran ni amor por los líderes ni deseo de tener seguidores. Les irritan las reglas, se ofenden ante las exigencias de los demás y a veces son poco fiables o, al menos, impredecibles.
Bardo
Nivel 3
Ya sea un erudito, un poeta o un canalla, un bardo teje su magia a través de sus palabras y su música para inspirar a los aliados, desmoralizar a los enemigos, manipular mentes, crear ilusiones e incluso sanar heridas.
- Puntos de golpe recuperados: 1d6
- Dado de bardo: 1d6
- Nivel 3: Duplica el bonificador por competencia
Colegio del Conocimiento
Los bardos del Colegio de Conocimiento saben algo sobre la mayoría de cosas, coleccionan conocimiento de fuentes tan diversas como tomos académicos y cuentos de campesinos.
Otras posesiones
Anota en esta sección las posesiones, objetos y tesoros que vayas consiguiendo para gestionarlo de forma rápida:
Laúd (al que llama Lud, por alguna razón) y flauta de madera.
Mochila Petate Cantimplora Muda de ropa de calidad Disfraz, una toga vieja de pordiosero. Tinta, pluma, un estuche para pergaminos, cinco hojas de papel
15 PO.
Bardo
Listado de conjuros
Compañeros
En esta sección puedes importar o crear de cero tus propios compañeros animales, familiares, monturas, compinches, invocaciones u otras criaturas que tengan relación con tu personaje para poder tener un acceso rápido a sus características y botones de acción.